El pasado viernes se hizo público el fallo del jurado de la primera edición de FotoCAM, un concurso de fotoperiodismo creado con la intención de reconocer el trabajo diario de los fotógrafos reflejando la realidad política, social y cultural de Madrid. El premio incluye una dotación económica de 20.000 euros y recayó sobre Javier Arcenillas, de la agencia Cover. Hasta aquí bien, los problemas empiezan cuando ves la foto ganadora y descubres que está vilmente retocada:

No voy a extenderme demasiado en el tema que ando algo escaso de tiempo y ya se ha comentado extensamente en toda la blogosfera fotográfica (mención especial para Enfoque Diferencial donde el propio autor de la fotografía en cuestión «aclara» su punto de vista), pero en resumen:

  1. MAL el fotógrafo por eliminar a una monja que también aparecía en la foto imagino que con la intención de reforzar la composición y/o potenciar la idea de «united colors».
  2. MAL el jurado por no darse cuenta de un retoque tan burdo del que aún quedan restos como el brazo cortado de la niña o la mano de la monja invisible sobre el hombro.
  3. MAL la organización por olvidar un punto tan importante en las bases de un certamen fotográfico de esta índole como es la ausencia de manipulación digital.

Actualización: Wow. Según cuenta Sergio de la Torre, no es la primera vez que el nombre de Arcenillas surge en mitad de una polémica. El año pasado ganó dos concursos (el de la CCM y el de Eibar) con las mismas fotos, cuando en las bases ponía claramente que «las obras presentadas no podrán haber sido premiadas ni publicadas anteriormente en ningún otro concurso.» En aquella ocasión, el fotógrafo argumentó que aunque eran iguales, estaban realizadas en el mismo instante con dos cámaras a la vez. Brutal.

Vía | Enfoque Diferencial